martes, 3 de mayo de 2011

Karl Popper presente en “La Juanita” de La Matanza.

“…Si pensaba en un futuro, soñaba con fundar una escuela, en la que los jóvenes pudiesen aprender sin hastío y en la que fueran estimulados a plantear problemas y a discutirlos; una escuela en la que no hubiese que escuchar respuestas no deseadas a cuestiones no planteadas; en la que no hubiera que estudiar sólo por aprobar los exámenes”. Karl Popper

Este era el sueño de uno de los filósofos más importantes del siglo XX. Un sueño hecho realidad, al menos según mi interpretación, que se cumplió en el día de hoy y que tuve el privilegio de presenciar en la inauguración de la “Escuela primaria Crecer en Libertad Oscar Alvarado”, en el Barrio “La Juanita”, de La Matanza.


En un clima de emotiva fiesta, informal, se mezclaban madres, padres, abuelos, docentes, obreros, dirigentes sociales, dirigentes políticos, periodistas, chicos, famosos, desconocidos, empresarios, chacareros, artistas y hasta los perros del barrio. Todos, sin distinciones, celebrando la inauguración de la primera escuela privada, sin subvención estatal, que no cobra cuota a los alumnos pero que exige un compromiso de los padres en la educación de sus hijos.


Pero no solo eso, con la audacia que caracteriza a quienes son responsables de este sueño, la escuela tendrá aulas con aire acondicionado para que los chicos estén mejor que en sus casas y aprendan “sin hastío”, también plantas y jardines para embellecer el lugar y que los chicos den rienda suelta a su creatividad como soñaba Popper. Se mantendrá un mural artístico para que los chicos estén en contacto con el arte (tapado, hasta que evolucione la fracasada y autoritaria educación formal para la cual “no es pedagógicamente correcto”), y por sobre todas las cosas, el constante llamado a promover en los chicos un espíritu critico, para que puedan “plantear problemas” y “discutirlos” con el prójimo, tal como señalaba el filósofo.


Realmente es un milagro que en La Matanza, lugar donde precisamente el Estado está pensado e instrumentado para vaciar de dignidad y espíritu crítico a las personas, haya surgido este ejemplo de signo contrario. Probablemente los filósofos, los sociólogos o cualquier otro especialista tendrán alguna respuesta a este fenómeno. En mi caso, prefiero pensar que cuando soñamos, y realmente queremos con todas nuestras fuerzas ver cumplido ese sueño, el “mundo conspira” para que se cumpla (Paulo Coelho). Es lo que les paso a ese grupo de matanceros, liderado por “Toty” Flores, que sin nada material, bajo la sombra de un eucalipto inspirador y que hoy es símbolo de amor, soñaron una escuela de primer nivel para que sus hijos se desarrollen y crezcan en libertad. Ese sueño, hoy es realidad y sirve de inspiración para todos aquellos que no se resignan a bajar los brazos.