domingo, 24 de abril de 2011

Una vez libre, La Matanza tiene mucho para dar

Una de las satisfacciones más intensas que me provoca la campaña “Barrio por Barrio, cara a cara con los vecinos” es la certeza de que los matanceros tenemos mucho para dar. Independientemente de la condición socioeconómica del barrio que visitemos, hay una cuestión que permanece invariante en la gran mayoría de los vecinos: las ganas de vivir mejor y no resignarse a las condiciones de vida de una ciudad atrasada y mediocre. Esos deseos se materializan de diferentes formas, en algunos casos llegan a buen puerto, en otros quedan a mitad de camino y en otros son sólo expresión de buenos deseos. Sin embargo, la importancia de poder constatar esta situación es que habiendo mayoría de ciudadanos con ansias de romper la mediocridad reinante, es que puede soñarse con una ciudad mejor. Si fuera al revés, y el accionar destructivo del aparato de poder que gobierna La Matanza desde hace más de 27 años hubiese logrado su objetivo, no nos encontraríamos con ciudadanos con espíritu crítico, sino simplemente con humanos embotados convertidos en meros instrumentos electorales. En otras palabras: han logrado empobrecer material y culturalmente a La Matanza, pero aún no han logrado quitarle lo esencial: su dignidad.

Sin ir más lejos, a principios de esta semana tuve la oportunidad de participar junto al diputado Héctor “Toty” Flores de una degustación de productos producidos por un cirujano que se desempeña en el hospital “Simplemente Evita” del Km 32. Este profesional, emprendedor, conmovido por la pobreza reinante en La Matanza y la mala alimentación de los chicos, diseño un proyecto que consiste en producir hamburguesas de soja como reemplazo al mismo producto de carne que gracias a la inflación y el des-manejo del gobierno resulta cada vez más inalcanzable para la mayoría de los argentinos. Contaba el cirujano que una sola hamburguesa realizada con su método contiene más del doble de proteínas que el mismo producto de carne. En relación al precio, la diferencia es más que notoria ya que las nuevas hamburguesas son 4 veces más económicas, manteniendo el buen gusto. El cirujano lo resumió de esta manera: “Con este producto, puedo eliminar el hambre y la desnutrición en La Matanza”.

En honor a la verdad, por el momento no dispongo de las herramientas para afirmar o negar la hipótesis del cirujano. Puedo afirmar que las hamburguesas eran ricas y que nuestro país fue bendecido por “el yuyito” que sirve de materia prima al proyecto, por lo que el debate está abierto. No obstante, lo importante para destacar son esas fuerzas, esas iniciativas individuales o grupales que cubren el suelo matancero y se resisten al atraso al que nos quieren hacer creer que estamos condenados.

Es decir, por un lado existe en La Matanza una gran masa de iniciativas populares valiosísimas, reprimidas, que están a la espera de poder ser canalizadas adecuadamente y por el otro un gobierno municipal conservador y arcaico que las combate intencionalmente para no verse arrastrado por una ola de modernidad y desarrollo que les quitaría a sus representantes los privilegios de una posición que no merecen.

Para terminar, los invito a reflexionar sobre lo siguiente:¿Qué Matanza nos espera a los matanceros en particular y a los argentinos en general, cuando sumemos a la riqueza de las iniciativas ciudadanas el acompañamiento y pujanza de un Estado municipal moderno, creativo y decente?

1 comentario:

  1. Muy bueno Mariano, ojala puedan cambiar La Matanza!! Aguante LILITA!!! la unica que dice la verdad!! RAul de Bario Don Juan

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