lunes, 7 de febrero de 2011

Hay que indignarse si queremos un gobierno digno

El viernes pasado estuvimos en la ciudad de Bragado. En mi caso formaba parte del grupo que acompañaba al diputado y dirigente nacional de la Coalición Cívica, Héctor “Toty” Flores en su habitual recorrido por distintos pueblos del interior, coincidiendo en muchos puntos con la candidata a presidente de los argentinos, Dra. “Lilita” Carrio.


Mil anécdotas y mil cariños y acompañamiento de la gente colmaron el exigente viaje. Fue una experiencia enriquecedora y pude conocer a muchos dirigentes y representantes de la sociedad civil para contarles la realidad de La Matanza y de cómo estamos llevando a cabo nuestro trabajo para que los matanceros tengan en las próximas elecciones una alternativa de gobierno distinta a la que lleva 27 años en el poder.


Cuando llegamos a Bragado nos esperaban varios vecinos. La idea era visitar el barrio más pobre y abandonado del lugar y conocer las inquietudes de los vecinos. El barrio se llama FONAVI II, es una enorme construcción de edificios que albergan al menos 200 familias. Como muestra del abandono del lugar basta decir que no tenían agua en sus departamentos y tenían que ir a buscarla a una canilla del patio. Pero más allá de esto, lo que realmente resulto doblemente indignante es la anécdota que nos contaron los vecinos y pudimos comprobar en el lugar: En el año 2009, poco antes de las elecciones, se realizo un pomposo acto donde asistieron altos representantes de gobierno bonaerense y local para inaugurar un destacamento policial que llevaría “tranquilidad” al barrio. Lo cierto es que según nos contaron lo vecinos, duro solo unas pocas semanas. Fuimos hasta el lugar y pudimos corroborarlo: solo estaba la luz prendida. Dentro del local nada, ni una silla, ningún policía. Pensé inmediatamente en los millones y millones de pesos que está gastando el gobierno de la provincia para hacer propaganda electoral en la costa…


Indignarse no es un atributo que reconozca condiciones socioeconómicas. Los vecinos del Barrio Fonavi que dialogaban con el diputado nacional “Toty” Flores eran pobres y en muchos casos sin estudio. Sin embargo, estaban indignados ante el engaño del gobierno provincial. En cambio, por poner un caso emblemático, muchos ciudadanos de las clases más acomodadas e incluso con formación académica no se indignan frente a las grandes mentiras del INDEC (incluso las justifican), por lo que terminan siendo cómplices de esas mentiras y lo que es peor, quizás sin darse cuenta, lesionan su dignidad.


Debemos indignarnos frente a los gobiernos que nos mienten descaradamente, que utilizan los privilegios que dan sus cargos para beneficio propio, que se enriquecen en la función pública a costillas de nuestro trabajo, que intentan enfrentarnos atendiendo solo al mero cálculo electoral. Solo cuando logremos traducir inteligentemente esa indignación dentro del cuarto oscuro seremos merecedores de gobernantes dignos y en consecuencia, la Argentina del futuro alumbrará. Digna, moderna, integrada y feliz.

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