sábado, 5 de junio de 2010

Referido a Isidro CasanoBa



El cartel indicador de tránsito que se muestra en la foto estuvo colocado durante más de 20 días a la vera de la ruta 21, en ambas manos, a pocos metros de la entrada de nuestra ciudad. Por supuesto que no cuestiono el mejoramiento y señalización de la ruta, hecho necesario e importante. Me interesa en cambio, señalar y analizar el inadmisible error (u horror?) ortográfico, a todas luces visible.

Veamos. Quiero dejar bien en claro el sentido de este escrito: errores ortográficos podemos cometer todos. Forma parte de nuestra humanidad equivocarnos y es bueno que esto sea así, ya que nos permite aprender y superarnos en todas las esferas que hacen a nuestra imperfecta humanidad. Hasta ahí, todo bien. Sin embargo y desde luego a juicio de quien escribe, dicha reflexión no puede ser aplicada a este caso. Detrás de esta falta no se esconde un simple y entendible error ortográfico, sino más bien, resulta ser una clara muestra del alarmante retroceso cultural argentino. Y que, dicho sea de paso, poco parece interesar a nuestros dirigentes.

Pero sigamos desmenuzando la cuestión. Es evidente, entonces, que dicho error no fue cometido solamente por la persona que escribió mal la palabra Casanova, sino también por quienes imprimieron el cartel, quienes lo cargaron en la camioneta, quienes ocasionalmente se toparon con el mismo antes de ser colocado y quienes finalmente lo instalaron en la ruta. Por supuesto, también fallaron los controles de calidad que deberían existir para asegurar que no se produzcan situaciones ridículas como la mencionada.

Por cierto, hay una cuestión de grados que no debemos dejar de mencionar: No todos los errores de ortografía son iguales. No es lo mismo escribir mamá con h que hermenéutica sin h. El primero denota un bajísimo nivel cultural rayano al analfabetismo, mientras que el último parecería ser, hasta cierto punto, comprensible. Escribir Isidro Casanova con B corresponde, según mi opinión, al primer grupo.

Sin embargo, el problema resulta ser mucho mayor. Es decir, como dije al principio de este escrito, no estamos solo frente a un inadmisible error de ortografía, agravado, incluso, por haber sido cometido por el Estado provincial. Mi hipótesis es que, además de este hecho, hay evidencia de algo mucho más lamentable y difícil de revertir: simplemente no hay interés por escribir correctamente. Todo da igual, si total “se entiende”. El problema de esta mentalidad, propia de las sociedades en decadencia y que cada día gana más y más adeptos, es que su accionar destructivo no afecta solamente a cuestiones de índole formal, como puede ser el campo de la ortografía o la semántica, sino que se extiende a otros ámbitos de la vida social donde los errores se pagan caro, incluso con la vida. Es de esperar, entonces, que nuestros gobernantes entiendan la importancia de implementar certeras políticas públicas en el ámbito de la educación con el objetivo de revertir este proceso y que nuestros ciudadanos premien con su voto a aquellos que así lo hagan y puedan demostrarlo con hechos concretos.

4 comentarios:

  1. Es verdad, yo lo vi y no lo podia creer!!!!

    Enzo (24)

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  2. Es increible que nadie en la municpalidad se haya dado cuenta. No quiero imaginarme cuando hacen un puente!!!!! slds. Jonatan

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  3. Yo también lo vi, increible !! Tan así estamos, por favor!! Esa gente nos representa en el municipio....

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  4. Y bueno muchachos... miren dónde viven ustedes también =S

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