miércoles, 30 de junio de 2010

Algunas reflexiones sobre la Argentina pos kirchnerista

El comentario que sigue, surge producto de un artículo publicado en el blog de Gabriel Zanotti. Quien quiera seguirlo (es absolutamente recomendable) puede ingresar a http://gzanotti.blogspot.com/


En primer lugar, no comparto la afirmación de que el pueblo vota en contra de sus intereses. En todo caso, votará en contra de los intereses de otros. Sin embargo, en una democracia, el interés mayoritario es el que se impone al resto. Por lo tanto, la minoritaria “elite” que defiende los postulados de la económica de mercado debería hacer una autocritica para evaluar los motivos por los cuales sus ideas no convencen a los ciudadanos ni a los políticos que conforman al pueblo argentino. Y por favor no subestimar al pueblo, ya que ese resulta ser el camino más sencillo y cómodo antes que aceptar las propias limitaciones. Luego, no resulta ser convincente la afirmación referida a que los candidatos políticos no defienden un programa liberal porque nadie los votaría. Al menos no fue lo que ocurrió con Carlos Menem, quien fue premiado con una reelección luego de haber gobernado en franca oposición a sus postulados de campaña.

Por otro lado, la certeza de que el próximo gobierno será más democrático que el actual no parece ajustarse a la realidad política que vivimos los argentinos luego del restablecimiento democrático. Una vez que los limites se corren, resulta difícil que vuelvan a su lugar. Sobre todo en un país con una cultura política autoritaria como el nuestro, lo cual va más allá de los kirchner. Por caso, los decretos de necesidad y urgencia, los superpoderes, la cooptación del poder judicial, la mentira, el clientelismo, la corrupción y otras prácticas lesivas del orden republicano no fueron inventos de este gobierno. Éste sólo se limitó a seguir haciendo lo mismo y, como sus antecesores, profundizó aún más la matriz autoritaria con el agregado de nuevas patrañas, lo cual, tranquilamente podría continuar con el próximo presidente. Lo que sí es casi seguro (quizás Sala se refiere a esto), es que no tendremos en el atril presidencial a una persona que en sus formas sea tan autoritaria y soberbia como la actual presidenta (a excepción de la noble y luchadora Lilita). Sin embargo, esto es solo un detalle. A Kim Jong-il apenas se le conoce la cara, pero resulta ser un icono del autoritarismo.

Tampoco me parece que el clima político pos derrota kirchner será distendido. No al menos en el corto plazo. La importancia fundamental de que el matrimonio kirchnner abandone el poder en 2011 reside fundamentalmente en el mensaje republicano que la Nación le dará a la comunidad internacional por un lado y a los potenciales dictadores populistas que aspiran a ocupar el sillón presidencial por el otro. Es decir, el mensaje contundente será que la Argentina optó por un sistema político diferente al venezolano. Sin embargo, este hecho que sin dudas resultará ser auspicioso en el mediano y largo plazo, difícilmente pueda mostrar sus beneficios en el corto. En dicho periodo, es probable que las turbulencias políticas puedan llegar a abortar cualquier tipo de evolución política. Dichas turbulencias serán motorizadas intencionalmente por el poder kirchnerista pos gobierno, combinándose con la delicada situación en la que el actual gobierno dejará al Estado Argentino con la intención del “eterno retorno” y la casi segura ineptitud de la oposición para sortear las dificultades de gobierno. Esto último, incluso, será más evidente en el caso de que accedan al gobierno candidatos que carezcan de experiencia en el ejercicio del poder (por ejemplo, Alfonsín).

En resumen, creo que si la argentina pos kirchnerista logra superar las dificultades en el corto plazo dentro de los limites institucionales, el actual matrimonio gobernante pasará a ser solo un mal recuerdo y la república tendrá otra gran oportunidad para desplegar su enorme potencial y aprovechar la coyuntura mundial favorable. En caso contrario, un escenario parecido al del 2001 es totalmente factible.

Por último, la casi segura derrota kirchnerista no se convierte ahora en una realidad solo porque la oposición di algunas muestras de unidad. Este proceso resulta ser obvio y natural, y es lógico que se desarrolle conforme al acercamiento de la fecha eleccionaria. La decadencia kirchnerista tuvo su mayor expresión política hace un año en las elecciones legislativas de la provincia de Bs. As., cuando su jefe político perdió frente a un recién llegado a la política. Por lo tanto, es razonable que la oposición siga apostando al inevitable desgaste de quien gobierna, esperando en segundo plano, con intervenciones cada vez más visibles, hasta pocos meses antes de la elección (hacer lo contrario, esto es, mantener un perfil alto opositor frente a un gobernante audaz e inescrupuloso como K sería muy torpe). Después de todo, ¿no fue ésta la estrategia que les dio resultado al (insisto) recién llegado a la política De Narvaez y sus “socios” políticos para derrotar a Nestor K en 2 meses de campaña? ¿Por qué debería cambiarse ahora, en situación aún más desfavorable para quien gobierna?

2 comentarios:

  1. Esperemos que no hagan fraude. Y tengamos opciones republicanas.
    saludos, Manuel

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  2. Hola Mariano, buen comentario. Espero que estes bien. abrazo. Joaquin. (Cema)

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