sábado, 11 de diciembre de 2010

El Estado “lavamani”

Con los hechos ocurridos en estos días en el parque Indoamericano, donde cientos de seres humanos, entre los que se encontraban muchos niños, se enfrentaron a palos y a tiros para disputarse un territorio público, los argentinos hemos realizado una nueva y original contribución a la Ciencia Política moderna. Dicha contribución consiste en sumar una nueva categoría a las ya existentes para referirnos a las atribuciones y roles que constituyen un Estado y que por ende terminan por definirlo. El hallazgo, por el que Cristina y Mauricio quizás reciban el premio Nobel, se denomina: Estado “lavamani”. La característica diferencial de este tipo de Estado es que a pesar de que sus responsables disfrutan de todas las ventajas que otorga su investidura (vastos honores y otras cuestiones de índole pecuniaria) termina por no hacerse cargo de situaciones conflictivas que inevitablemente suponen su intervención y para las cuales está preparado y destina cuantiosos recursos económicos. A diferencia del Estado ausente, el Estado “lavamani” goza de la posibilidad operativa y civilizada para resolver situaciones dramáticas como las vividas en estos días, y evitar, por ejemplo, la pérdida de vidas humanas. Sin embargo, al igual que Pilatos, termina por “lavarse las manos”, traicionando a su pueblo a la vez que utiliza la mentira y el engaño para justificar su no intervención.

El resultado final es que este tipo de Estado termina siendo sumamente perjudicial para la ciudadanía bienintencionada, ya que no solo debe mantener con el producto de su esfuerzo a un conjunto de funcionarios improductivos, sino que también, dicha improductividad termina por afectar los ansiados deseos compartidos de progresar y convivir en paz con el resto de sus hermanos.

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