sábado, 7 de julio de 2012

Respuesta a quienes dicen “esto no cambia más”


En 1997, el Banco Mundial, emitió un documento al que denominó: “Informe sobre el desarrollo mundial 1997: El Estado en un mundo en transformación”. Dicho informe, sugiere una serie de reformas con el fin de que el Estado responda mejor a los intereses de la población. Esto puede lograrse, dice el informe, con instituciones firmes, justicia independiente, estabilidad macroeconómica, inversiones en servicios sociales básicos e infraestructura, protección de los grupos vulnerables, defensa del medio ambiente y un acceso a la gestión pública que premie el merito y el esfuerzo.

Ahora bien, difícilmente encontremos quien no este de acuerdo con estos postulados. Sin embargo, las divergencias surgen cuando nos preguntamos si son posibles en un país como el nuestro, cuyo Estado nacional, corrupto y clientelar, promueve acciones y esfuerzos contrarios a los mencionados, garantizando el atraso de la población en lugar de su desarrollo y evolución.


Hojeando el informe, podemos encontrar respuesta al interrogante ¿Cuándo se producen las reformas del Estado? Es decir, al igual que las personas, los países tienen momentos en su historia propicios para cambios profundos, estructurales y culturales.


Una aclaración, por si hace falta. A pesar de toda la perorata y el relato fantasioso, el Kirchnerismo nada tiene de revolucionario. Es sólo una expresión exacerbada del PJ, cuyo signo primordial es subordinar todo, incluyendo el desarrollo de nuestra nación,  a la descarnada lucha por el poder.


Pero bien, retomando el informe, el Banco Mundial menciona que son tres las situaciones propicias para la reforma del Estado. Las iré mencionando y seguidamente expondré, en pocas palabras, ejemplos concretos de nuestra realidad nacional.

Situación 1. Crisis económica: Maquiavelo lo dijo claramente. “los hombres están más dispuestos a olvidar la pérdida de su padre que la pérdida de su patrimonio”. En 2001, nuestro país se sumergió en una grave crisis política y económica. La perdida del trabajo y el corralito financiero fueron sus detonantes. La frase “que se vayan todos”, fue un claro signo de exigencia generalizada de reforma política. Lamentablemente, en ese momento histórico de discernimiento nacional, no se encontró una salida confiable a las pretensiones de instituir un Estado moderno, por lo que no sólo no se fue nadie, sino que además se agravó la involución nacional.

Situación 2. Ataque externo: El ataque externo es un poderoso incentivo para tomar conciencia nacional de cuestiones relegadas o imperceptibles y actuar en consecuencia. Un buen ejemplo en este sentido fue la instalación de las papeleras de Botnia. Hasta ese momento, las cuestiones de contaminación ambiental producto de la industria papelera no eran tenidas en cuenta por la población argentina en general. De hecho, sobre nuestro territorio y desde hace muchos años, funcionan sin inconvenientes plantas pasteras que contaminan igual o más que las del Río Uruguay. Pese a esto, sólo cuando  el orgullo nacional fue afectado, se tomó conciencia del potencial daño ambiental y el Estado Nacional se involucró en el asunto. Los mismos mecanismos explican, también, las razones por las que reina la indignación cuando nos roban tierras los ingleses, pero poco decimos cuando quienes roban tierras fiscales son argentinos. Y no solo eso, sino que además se los premia votándolos para ser presidentes de la Nación.


Situación 3. Un gobierno con menos intereses con el sistema antiguo. Admito que personalmente es la situación que más espero. Sin embargo, es la que menos argentinos creen posible. Consiste en romper el corsé cultural que nos dice permanentemente al oído: “la mafia se combate con mafiosos, entonces, voto a mafiosos.” Es romper con la  creencia muy extendida en nuestro país de que para poder gobernar es necesario acordar con el poder mafioso y corrupto. Es la lógica del miedo que impuso el PJ y que se lleva puestos a otros espacios de la oposición. Por eso Binner, un hombre decente, se reunió con Moyano a pocos días de la elección presidencial. Buscaba demostrar “que puede gobernar”. Lo mismo hizo hace pocos días la cúpula radical. Lo cierto es que aún cuando los motiven buenas intenciones, la experiencia muestra que como resultado de esos acuerdos,  nada cambia.

El ejemplo de Medellín, en Colombia, resulta interesante en este sentido. Una ciudad arrasada por la droga y el delito, se convirtió en ejemplo de resurgimiento civil y de integración social y progreso. Sucedió algo impensado para el paradigma de precomprensión cultural argentino: accedieron al poder gobernantes sin vínculos con el poder narco, mafioso y corrupto que se había apoderado de la ciudad hasta ese momento.

1 comentario:

  1. MUY BUEN ANÀLISIS MARIANO!!!
    Los grandes Maestros Espirituales que estaban comprometidos con el pueblo y la polìtica, coinciden en afirmar que los cambios de paradigma y lo triunfos por la dignidad nacen en el corazòn humano.
    Por lo dicho es que considero, que el camino es la transformaciòn de la mente y los valores de los argentinos para que realmente haya un cambio genuino.
    Si los lìderes transforman su estado interior, ineludiblemente, la realidad social tambièn se transformarà!Si no, siempre se estarà atrapado en las circunstancias.
    Hebe Angèlica Torres.

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