sábado, 8 de noviembre de 2014

¿Qué es UNEN?

Por Mg. Mariano Álvarez. Secretario General del Movimiento Social por la República (MSR), integrante del Frente Amplio UNEN Provincia de Buenos Aires.
 
Resulta habitual escuchar y leer a periodistas, militantes, políticos y ciudadanos en general preguntarse acerca de qué es UNEN, fuerza política fundada por Elisa Carrió y Pino Solanas en el año 2013. En este sentido, las líneas que siguen intentan dar una respuesta hipotética a ese interrogante. Digo hipotética por cuanto la misma esencia de UNEN impide que alguien intente asumir la potestad para decir en forma terminante que es y que no es UNEN. De aquí se desprende una primera conclusión: UNEN es un ámbito de tolerancia, donde ninguno de los espacios y ciudadanos que lo componen puede arrogarse la verdad absoluta, siendo un espacio abierto a la crítica y perfeccionamiento continuo. Por lo tanto se excluyen posiciones dogmáticas o ideólogas, si por esto último entendemos la defensa irrestricta y acrítica de ideas independientemente de si las mismas conducen a situaciones involutivas para la sociedad, tal como aconteció dramáticamente en el siglo XX.  UNEN recoge, entonces, la experiencia histórica que nos señala la importancia sustancial de la Democracia plena, sustentada en el debate abierto e irrestricto, enmarcados dentro de un ámbito de tolerancia y respeto a la vida humana que es lo que verdaderamente importa. Esta última afirmación, categórica, asigna un límite infranqueable a UNEN en cuanto a su composición, por cuanto violarlo implicaría destruir su esencia democrática y republicana.  Entonces, siguiendo este razonamiento, nos es posible afirmar que en UNEN no hay lugar para fuerzas autoritarias, con pretensiones hegemónicas, dado que las mismas son intolerantes por naturaleza, destructoras de libertades y por lo tanto la antítesis de lo que UNEN representa o aspira a representar. La historia reciente argentina nos marca con absoluta claridad que es el PJ, en cualquiera de sus variantes, el espacio político que conlleva esa tendencia autoritaria y antidemocrática que Cristina Kirchner sintetizó claramente cuando advirtió que “iría por todo”. Es importante destacar que hablamos de fuerzas y no de personas, dado que personas buenas y malas las hay en todas las fuerzas. Lo que importa es determinar la dirección de la fuerza política. Si es una fuerza en el sentido de la República o si es una fuerza en el sentido del autoritarismo. En la argentina contemporánea, a excepción del PJ, las fuerzas políticas, con sus defectos y virtudes, se orientan hacia principios republicanos por cuanto ninguna tiene la pretensión fascista de “ir por todo”.
 
Si aceptamos lo dicho hasta aquí entonces reconoceremos cual es el dilema crucial que vivimos en la actualidad de nuestra Nación. Reconoceremos la existencia de fuerzas políticas contrapuestas que pujan por imponer una forma de vida a los argentinos. Por un lado el PJ en el sentido del autoritarismo. Por el otro el resto del arco político en el sentido de la República.

Ahora bien, el entendimiento profundo de la situación política nos lleva a reconocer que el crecimiento del PJ a partir de su ejercicio autoritario y clientelar del poder ha debilitado al extremo la competencia democrática y es la aceptación de ésta “emergencia democrática” lo que también define a UNEN desde su inicio. La necesidad de unirse más allá de las diferencias ideológicas quedó en claro en la última elección cuando Carrió salió a pedir el voto para “Pino Senador” frente a un electorado capitalino mayormente esquivo por considerarlo de “izquierda”. Lilita desestimó las cuestiones ideológicas argumentando que lo importante eran los valores y que Pino, a pesar de no compartir muchas de sus ideas, era una persona decente y que lo demás resultaba discutible dentro de un marco democrático. La estrategia dio resultado y el tercer senador por Capital Federal quedó en manos de una fuerza en el sentido de la República y no del PJ. Por el contrario, esa apertura ideológica inherente a UNEN no aconteció en la Provincia de Buenos Aires, en donde la tendencia al cerramiento característico de las viejas prácticas políticas impidió que se conformará el acuerdo amplio. La consecuencia de esto fue que la provincia más importante de la Argentina se ubicó al borde del feudalismo característico de otras provincias de nuestro país, pauperizando la representación opositora y republicana y dejando a millones de bonaerenses sin representación política, a merced de la corrupción y mafias narcos vinculadas al PJ. Es decir, UNEN probó ser una herramienta electoral efectiva para derrotar y poner freno al autoritarismo siempre que la misma sea conducida con grandeza y no con mezquindad y corta mirada política.

Pero además, la ley de las PASO otorga la arquitectura electoral necesaria para dirimir diferencias ideológicas sin que esto ponga en riesgo el futuro del país, que en términos concretos significaría un balotaje entre Massa y Scioli y la consolidación de la decadencia Argentina. Por lo tanto, UNEN también es una prueba para quienes declaman a los cuatros vientos las virtudes de la participación ciudadana, al mismo tiempo que puertas adentro hacen todo los posible para cerrar la participación política por temor a perder en internas abiertas y democráticas, aun cuando esto signifique ser funcionales a la estrategia hegemónica del PJ. 

Por último, UNEN puede representar en las próximas elecciones un modelo de la argentina del futuro como contraposición a la argentina del pasado, representada por Massa y Scioli. A diferencia de la propuesta del PJ, en caso de sumar al PRO, UNEN aspiraría a representar a todo el arco ideológico argentino dentro de un marco de valores y principios característicos de las sociedades desarrolladas. De esta forma, el votante argentino tendrá un panorama electoral claro y podrá elegir al momento de ingresar al cuarto oscuro entre dos modelos de país: República o Narco-Estado. Si la elección es República, entonces avanzará en una segunda instancia de selección en la que podrá elegir entre un abanico de alternativas ideológicas que van desde la centro izquierda a la centro derecha. Esta estrategia garantizaría que gran parte de los votos no PJ sumen al espacio UNEN, aumentando sus probabilidades ciertas de gobernar la Argentina. Es la vuelta al ´83 que percibe Carrió, sólo que en lugar de ganar la Democracia, ahora se impone ganar la República.

En síntesis, UNEN es tolerancia, estrategia electoral, responsabilidad histórica y la posibilidad cierta de ofrecer a los ciudadanos argentinos la salida que consume un cambio cultural en el sentido del desarrollo y progreso de nuestra Nación.

Es una construcción compleja y difícil, pero sin dudas vale la pena hacer el esfuerzo e intentarlo.  

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