lunes, 21 de febrero de 2011

Trabajamos por una Matanza próspera, libre y segura.

Próspera, ya que luego de 27 años de la misma forma de hacer política, la calidad de vida de los matanceros fue degradándose año a año. Es necesario cambiar la forma de hacer política, con metas a mediano y largo plazo, en acuerdo con los vecinos y las instituciones intermedias del distrito. Hasta hoy, solo fuimos importantes al momento de los votos. A partir de Octubre, si triunfamos, pasaremos a serlo todo el año.

Libre, porque somos un pueblo humillado. La máquina de poder que gobierna la Matanza tiene por fin someter a los más necesitados, a fin de extorsionarlos al momento de votar y mantener en el poder a personas que, en la mayoría de los casos, representan los peores elementos de nuestra sociedad. Seremos libres cuando cambiemos la forma de hacer política, y para eso, como decía mi abuela, no solo debemos “dejar de votar al chancho, sino también al que le da de comer”. Cuando podamos darnos cuenta, por ejemplo, que votar a Scioli es votar a Moyano, habremos evolucionado como sociedad y habremos mejorado a nuestros gobernantes y no habrá lugar para Moyano ni sus patotas. Solitos, cuando la sociedad les dé la espalda, se van a ir “con la cola entre las patas” y dejarán de perturbar la vida de las personas decentes.
Por nuestra parte, mantendremos la ayuda a los más necesitados porque serán nuestra prioridad, pero la complementaremos con mayor educación, en oficios, en el uso de nuevas tecnologías, facilitando el ingreso de los jóvenes a las pymes del distrito, premiando a quienes se esfuerzan, penalizando a los “vivos”. Buscamos el fin más noble: que cada individuo pueda ser libre, digno, capaz de poder decidir el mejor camino para su vida y la de sus hijos.
Y por último, segura. Si alguien creyó que votar a los “moyanos” podría ser la solución, quedo en evidencia que se equivocó. Por votar con miedo, es que hoy reina el miedo en La Matanza (y en el país). Tengo 34 años y recuerdo muy bien cómo era La Matanza hace 15 años. La mayor preocupación de las madres era que su hijo vuelva golpeado por alguna pelea callejera. Actualmente ya no duermen, porque saben que hay una alta chance de que sus hijos vuelvan muertos. Y queda claro que no exagero. ¿Qué paso? ¿Qué nos paso? Nuestra fuerza garantiza romper con el pacto existente entre el poder político y el poder policial que permite la existencia de zonas liberadas para que los delincuentes hagan su “trabajo” tranquilamente. Lo garantizamos porque nos movilizan principios y valores diferentes, a contramano de los que defiende la fuerza autoritaria, conservadora y arcaica que gobierna La Matanza hace casi 30 años. A esto se suma que no tenemos compromisos previos con ninguna corporación (política o delictiva) a excepción de nuestros vecinos. Esto permitirá llevar adelante, codo a codo con ellos, muchas propuestas en materia de seguridad orientadas a dar soluciones a esta problemática y volver a recuperar, poco a poco, la tranquilidad y felicidad en nuestros barrios.
Por último, no es cierto que ellos sean los únicos que puedan gobernar. En La Matanza lo sabemos bien. Gobiernan ininterrumpidamente hace 27 años y la mayoría del pueblo matancero es pobre, reina la inseguridad, la educación pública es absolutamente deficiente y ni hablar de la salud pública municipal, sin médicos ni insumos. ¿Eso es saber gobernar? ¿Cuánto más hay que esperar apostando a lo mismo? ¿Cuántas generaciones más verán coartado su futuro?

Haremos el esfuerzo, tenemos mucha confianza, hay mucha fuerza joven, progresista (de verdad) que nos acompaña y muchos más que se suman, pero fundamentalmente confiamos en el pueblo Matancero, que en Octubre tendrá en la Coalición Cívica y en este Intendente, una verdadera opción de cambio. Elegí Futuro.

lunes, 7 de febrero de 2011

Hay que indignarse si queremos un gobierno digno

El viernes pasado estuvimos en la ciudad de Bragado. En mi caso formaba parte del grupo que acompañaba al diputado y dirigente nacional de la Coalición Cívica, Héctor “Toty” Flores en su habitual recorrido por distintos pueblos del interior, coincidiendo en muchos puntos con la candidata a presidente de los argentinos, Dra. “Lilita” Carrio.


Mil anécdotas y mil cariños y acompañamiento de la gente colmaron el exigente viaje. Fue una experiencia enriquecedora y pude conocer a muchos dirigentes y representantes de la sociedad civil para contarles la realidad de La Matanza y de cómo estamos llevando a cabo nuestro trabajo para que los matanceros tengan en las próximas elecciones una alternativa de gobierno distinta a la que lleva 27 años en el poder.


Cuando llegamos a Bragado nos esperaban varios vecinos. La idea era visitar el barrio más pobre y abandonado del lugar y conocer las inquietudes de los vecinos. El barrio se llama FONAVI II, es una enorme construcción de edificios que albergan al menos 200 familias. Como muestra del abandono del lugar basta decir que no tenían agua en sus departamentos y tenían que ir a buscarla a una canilla del patio. Pero más allá de esto, lo que realmente resulto doblemente indignante es la anécdota que nos contaron los vecinos y pudimos comprobar en el lugar: En el año 2009, poco antes de las elecciones, se realizo un pomposo acto donde asistieron altos representantes de gobierno bonaerense y local para inaugurar un destacamento policial que llevaría “tranquilidad” al barrio. Lo cierto es que según nos contaron lo vecinos, duro solo unas pocas semanas. Fuimos hasta el lugar y pudimos corroborarlo: solo estaba la luz prendida. Dentro del local nada, ni una silla, ningún policía. Pensé inmediatamente en los millones y millones de pesos que está gastando el gobierno de la provincia para hacer propaganda electoral en la costa…


Indignarse no es un atributo que reconozca condiciones socioeconómicas. Los vecinos del Barrio Fonavi que dialogaban con el diputado nacional “Toty” Flores eran pobres y en muchos casos sin estudio. Sin embargo, estaban indignados ante el engaño del gobierno provincial. En cambio, por poner un caso emblemático, muchos ciudadanos de las clases más acomodadas e incluso con formación académica no se indignan frente a las grandes mentiras del INDEC (incluso las justifican), por lo que terminan siendo cómplices de esas mentiras y lo que es peor, quizás sin darse cuenta, lesionan su dignidad.


Debemos indignarnos frente a los gobiernos que nos mienten descaradamente, que utilizan los privilegios que dan sus cargos para beneficio propio, que se enriquecen en la función pública a costillas de nuestro trabajo, que intentan enfrentarnos atendiendo solo al mero cálculo electoral. Solo cuando logremos traducir inteligentemente esa indignación dentro del cuarto oscuro seremos merecedores de gobernantes dignos y en consecuencia, la Argentina del futuro alumbrará. Digna, moderna, integrada y feliz.